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Descubrimiento de América: Colón y los Reyes Católicos

Autor del artículo: Jesús Villanueva
"Colón y los reyes católicos"

Cristobal Colón (Génova, Italia; 1451 - 1506)

El descubrimiento de América
(vídeo explicativo: Academia Play)


A finales del año 1491, Cristóbal Colón parecía a punto de renunciar al sueño que llenaba todos sus pensamientos desde hacía acaso una década: la travesía marítima hacia Asia a través del océano Atlántico, dejando a un lado la vía terrestre, la llamada "Ruta de la Seda", que recorría desde el mar Mediterráneo hasta atravesar gran parte de Asia. Esta ruta era muy larga, llegando a durar años para poder traer a Europa las especias y mercancías preciosas (seda, oro y esencias) del lejano oriente. Colón estaba convencido de la existencia de una ruta más corta, la del Atlántico. Pero para llevar a cabo dicho viaje necesitaba grandes barcos y marineros experimentados. Este objetivo sólo lo podía conseguir con la ayuda de los Reyes Católicos.


El mapa de Martellus
fue el que abrió las puertas del descubrimiento de América.

Colón, con 40 años recién cumplidos, había consumido en vano los últimos seis haciendo gestiones ante el gobierno de Castilla en busca de apoyos para la expedición. Pese a que no faltó quien le secundase, los consejeros de los reyes y los expertos de la junta formada en Salamanca en 1486 se mostraban escépticos, cuando no hostiles, a un proyecto inusitado, que contradecía muchas ideas adquiridas, incluso la letra de las Sagradas Escrituras, y que se basaba en cálculos geográficos de lo más aventurado, sin contar que quien lo planteaba era un forastero desconocido y sin formación académica. Es cierto que los reyes no le habían dado una negativa clara, pero no cesaban de postergar su decisión, absortos como estaban en las operaciones de la guerra de Granada y otras ocupaciones.

Los reyes católicos: Isabel de Castilla y Fernando de Aragón (1474 y 1516)

Colón no desfalleció y había seguido a la corte  (los reyes) en sus desplazamientos e incluso se dice que tomó las armas en una campaña de la guerra. Pero cuando a fines de 1491, justo antes de lanzar el asalto a Granada, los reyes lo recibieron en Santa Fe y de nuevo rehusaron garantizarle el apoyo a su empresa, el genovés decidió abandonar la corte y marchó a Huelva, al monasterio de la Rábida, donde había recalado en la primavera de 1485 después de que los portugueses también hubieran desoído su propuesta. La única opción que le quedaba era probar suerte en Francia, cuyo rey le había escrito invitándolo a exponerle su proyecto. Fue entonces cuando fray Juan Pérez, el monje de la Rábida que lo había acogido en 1485 y que desde el principio había creído en su plan, decidió hacer una última gestión. Pérez había sido confesor de la reina Isabel y confió que ella le atendería. 

En efecto, la reina lo recibió, y aquella conversación fue decisiva para que la reina volviera a llamar a Colón y para que éste, en una audiencia en Santa Fe justo después de la rendición de Granada y el fin de la reconquista de los reinos castellanos por parte de los cristianos frente a los árabes (1492), convenciera a los monarcas de que apoyaran su empresa. No tenemos datos precisos sobre cómo se desarrolló el encuentro, pero cabe pensar que fue en aquel momento cuando entre el navegante genovés y la Reina Católica se fraguó una conexión que tendría un efecto trascendental en la aventura del descubrimiento.

Clima de euforia
En Santa Fe, Colón se cuidó de hacer encajar su empresa con el clima de exaltación religiosa que acompañaba el fin de Reconquista. Según afirmó, el viaje a la India permitiría llevar ayuda a los cristianos de aquel continente, trabajar por la conversión de los infieles y, además, utilizar los beneficios económicos de la expedición, que se preveían ingentes, para financiar una cruzada que liberara Jerusalén de los musulmanes, afirmación esta última ante la que los reyes no pudieron evitar una sonrisa.

En cualquier caso, los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, se dejaron convencer e incluso aceptaron, después de un amago de retirada por parte del genovés, las desorbitadas exigencias de éste en términos de autoridad personal, tal como quedaron plasmadas en las Capitulaciones de Santa Fe, suscritas el 17 de abril de 1492. Sin duda debieron de pensar que poco importaban tales concesiones en una empresa de resultado tan incierto y, por otra parte, ésta tampoco les iba a resultar gravosa económicamente, pues el presupuesto, de unos dos millones de maravedíes, quedaba cubierto por un préstamo realizado por un funcionario del rey, Luis de Santángel, por la propia aportación de Colón (gracias a un préstamo particular) y por la contribución forzosa de la ciudad de Palos, que debió proporcionar dos de las tres carabelas de la expedición.


Colón en la corte de Fernando el Católico. 
Xilografía según un óleo de Wenzel Von Brozik. Siglo XIX.


Los sabios portugueses y castellanos que estudiaron el proyecto de Colón tenían motivos para rechazarlo. Basándose en diversos autores, el genovés creía que Asia era mucho más extensa de lo que es en realidad y erraba en la magnitud de la milla náutica, con lo que suponía que Japón estaba a 2.400 millas de las Canarias, cuando de hecho son 10.600.

Cuando expuso su proyecto de viajar a Asia atravesando el océano Atlántico, los expertos lo tacharon de loco. Fue la reina Isabel la que venció las reticencias e hizo posible su empresa descubridora.

Gracias a su seguridad en sí mismo y su entusiasmo visionario, Colón persuadió a los Reyes Católicos (Isabel y Fernando) de aceptar su proyecto, aunque nada habría logrado sin el apoyo decidido de varios personajes clave de la corte castellana. En la negociación final, Colón exigió que se le concediera el título hereditario de Almirante del Mar Océano, el cargo de virrey y gobernador y el diez por ciento de las ganancias del descubrimiento. Cuando los consejeros de Isabel consideraron que eran condiciones desorbitadas, Colón partió airado a Córdoba, pero la reina lo volvió a llamar y el 17 de abril de 1492 se firmaron las capitulaciones.


El Tratado Colombino

Las Capitulaciones de Santa Fe fueron pactadas y firmadas por fray Juan Pérez, representante de Colón, y Juan de Coloma, secretario de Fernando el Católico.



Carta náutica atribuida a Cristóbal Colón

Ocho meses después de la partida de Colón desde el puerto de Palos el 3 de agosto de 1492, llegó a la corte castellana la noticia de su retorno. Desde Lisboa, donde había recalado su navío, en marzo de 1493 Colón enviaba una carta a los Reyes Católicos en la que les anunciaba su sensacional gesta: había completado su viaje a través del océano hasta llegar a las costas de Asia, la misma zona que Marco Polo había recorrido dos siglos antes. Fernando e Isabel, radiantes por aquel nuevo signo de favor de la providencia divina, escribieron de inmediato a «nuestro Almirante del Mar Océano y visorrey y gobernador de las islas que se han descubierto en las Indias» –tal era el título que le correspondía en virtud de las Capitulaciones de Santa Fe– instándole a que se apresurara a reunirse con ellos en Barcelona, donde se hallaban en esos momentos.


Desembarco de Colón el 12 de Octubre de 1492 en Guanhani. 
Óleo por Dióscoro de la Puebla.

La carta que Colón escribió a los Reyes Católicos desde Lisboa, en marzo de 1493, fue impresa enseguida y se difundió por toda Europa. Antes de finales de siglo se hicieron hasta catorce ediciones, en latín (nueve), castellano, italiano, catalán y alemán. 



Los Reyes reciben a Colón en Barcelona

Un cronista explica que, a la llegada de Colón a Barcelona a mediados de abril de 1493, «los Reyes Católicos le esperaban públicamente, con toda la majestad y grandeza, en un riquísimo trono bajo un dosel de brocado de oro, y cuando fue a besarles las manos se levantaron como si fuera un su lado». Así recrea la escena este óleo de Francisco García Ibáñez (Museo del Ejército, Madrid). Sin embargo, los diarios de la ciudad no registran una recepción pública. Parece que el encuentro se produjo en alguna sala de palacio, repleta, eso sí, de curiosos y admiradores.



Catedral de Santo Domingo (República Dominicana)

En 1495 Colón fundó en La Española la ciudad de La Isabela, llamada así en honor de la reina. Pero pronto fue abandonada en favor de un nuevo núcleo en el sur de la isla, Santo Domingo.


El descubridor humillado.
Óleo por Lorenzo Delleani.

En 1500, Colón fue arrestado en La Española por un delegado de los Reyes Católicos y enviado a España en una carabela.  Las casas reproduce el diálogo entre Cristóbal Colón y general Villejo, quien fue a arrestarle: 


«Villejo, ¿adónde me lleváis?»
 «Al buque, Señor Excelentísimo, a embarcarse»
«¡A embarcarse! Villejo, ¿me decís la verdad?»
 «Por la vida de Vuesencia, que es cierto»

El Almirante debió de suspirar con alivio y dejó que lo llevaran al navío que debía devolverlo a España. Cuando le ofrecieron quitarle las cadenas, Colón declaró que «los reyes me mandaron por escrito que me sometiese a lo que Bobadilla ordenase en su nombre; por su  autoridad me ha puesto estas cadenas; yo las llevaré hasta que ellos me las manden quitar».



Los hermanos Colón arrestados por el corregidor Bobadilla en La Española. 
Grabado de Theodor de Bry. Siglo XVI

Al llegar el corregidor Bobadilla a Santo Domingo, la capital de La Española, en mayo de 1500, los pobladores españoles le comunicaron toda clase de agravios contra el Almirante. Incluso se difundió el rumor de que, al saber la llegada del corregidor y cómo éste había arrestado a su hermano Diego, Colón quiso organizar una resistencia armada contra el representante de la Corona. En realidad, la conducta del Almirante muestra su obediencia ciega a cualquier orden emanada del poder real. Acudió de inmediato a Santo Domingo y aceptó resignadamente que lo encadenaran y lo metieran en una fortaleza. Desde allí instó a su otro hermano, Bartolomé, a que también se entregara, como así hizo éste. En una ocasión, al ver entrar en la celda a un oficial llamado Villejo, pensó que venían a ejecutarlo


La Torre del Oro (Sevilla)


En Sevilla, de vuelta de su último viaje, Colón se lamentaba: «Poco me han aprovechado veinte años de servicio, pues no tengo techo que me cubra».

Colón al final de su vida. 
Óleo por Claude Jacquand. 1870. Museo de Le Havre (Francia)

Pese a diferentes conflictos con los colonos españoles en Santo Domingo, los reyes no se ensañaron con Colón. Nada más llegar a Cádiz en noviembre de 1500, mandaron liberarlo y lo llamaron a la corte. En una carta al Almirante le decían: «Tened por cierto que vuestra prisión nos pesó mucho [...] y luego que lo supimos lo mandamos remediar [...] y ahora estamos mucho más en vos honrar y tratar muy bien». En Granada le dispensaron una calurosa acogida y le permitieron organizar un nuevo viaje, que ellos mismos se prestaron a financiar. Pero le prohibieron poner el pie en La Española y lo despojaron del monopolio del comercio con las Indias.


Los 4 viajes de Colón; entre 14
-1er viaje: 1492
-2do viaje: 1493
-3er vaije: 1498
-4to viaje: 1502-04


Ese cuarto viaje fue una sucesión de desastres, y Colón hubo de volver a Sevilla a finales de 1504, enfermo y deprimido. Cuando se enteró de que la soberana se encontraba gravemente enferma, escribió una carta, el 1 de diciembre de 1504, a su hijo Diego, que desempeñaba un cargo en la corte, en la que rogaba por la salud de la reina y decía que ella era la única que podría impedir que las Indias se perdieran. Pero todas sus expectativas se vieron defraudadas: la reina había fallecido cinco días antes, y sus sucesores desatendieron todas las instancias del Almirante, que murió en Valladolid, no pobre, como él mismo decía con exageración, pero sí amargado, el 20 de mayo de 1506


Isabel la católica, reina de España (nombra reina en 1474 y falleció en 1504)

Al enterarse de la muerte de la reina, Colón le dedicó un sentido elogio en una carta a su hijo Diego: «Su vida siempre fue católica y santa [...] y por esto se debe creer que está en su santa gloria». En cartas posteriores al mismo Diego le pedía que se informara sobre si la soberana había dejado estipulado en su testamento algo relacionado con él, pero no había nada.



Antes de leer:
1.-¿Conoces cuándo y cómo llegó Cristobal Colón a La Española (República Dominicana)?

2.-¿Qué dificultades tuvo Colón antes emprender su viaje por el océano Atlántico?


Después de leer:
1.-¿Cuándo empezó a pensar Colón en realizar su viaje hacia "Las Indias" (Asia)?

2.-¿Cristobal Colón, qué gestiones realizó, y con quién, para poder conseguir financiar y adquirir los barcos en la primera expedición que le llevaría a descubrir un nuevo continente (América)?

3.-¿Cuántos viajes realizó Cristobal Colón, y en qué años?

4.-¿Cuándo fue arrestado Colón y por qué?

5.-¿Cuál fue el final de Colón? ¿Consiguió riquezas? ¿ Cómo murió?


Actividades complementarias:
1.-Realiza un resumen de 10 líneas del texto. Utiliza fotos y mapas, y preséntalo vía "presentación" (drive):

2.-Realiza un dibujo de los viajes de Colón, y señala los años de los mismos:
Los 4 viajes de Colón


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