Todo es valioso
Hace mucho tiempo, en una pequeña aldea del Rajastán, cerca de la hermosa ciudad de Jaipur, en la India, vivía la joven Kavita. Kavita tenía solo dos cabras, unas cuantas gallinas y un pequeño huerto donde cultivaba arroz y verduras para alimentarse. Era una mujer feliz, aunque trabajaba sin descanso desde que el sol se asomaba por el horizonte hasta el atardecer, cuando ya se ocultaba tras las montañas. ¿Su secreto? Sabía apreciar los infinitos detalles hermosos que tenemos a nuestro alcance cada día.
Todas las mañanas, Kavita salía de su casa al alba y caminaba hasta un arroyo lejano. Allí llenaba de agua fresca sus dos viejos cántaros de barro, los colgaba de un palo de madera, uno en cada extremo, y volvía a la aldea.
La joven aprovechaba el trayecto para disfrutar del delicioso olor de la mañana recién estrenada, del apacible silencio de las montañas, del sol, aún tibio, tan agradable… ¡Qué maravillosos regalos!
Un día advirtió que uno de los cántaros perdía agua:
–¡Oh! Mi vieja vasija tiene una grieta –exclamó apenada.
Quizás había llegado el momento de sustituir el cántaro roto por uno nuevo, aunque pensándolo bien… Kavita continuó su camino y al llegar a la aldea advirtió que el cántaro roto había perdido casi la mitad del agua. Pero no hizo nada por solucionar el problema. Un día tras otro, durante varios meses, continuó llevando al arroyo las dos vasijas y llenándolas con mucho esfuerzo. Aún segura de que una de ellas llegaría medio vacía a su destino, Kavita realizaba con entusiasmo su trabajo.
Una mañana, cuando Kavita se disponía a entrar en su casa con el agua, se encontró con Ravi, su vecino.
–Kavita, ¿no has visto que uno de tus cántaros está roto? Haces un camino tan largo todos los días para tener al final solo un cántaro y medio de agua.
Ella sonrió sin decir nada y Ravi siguió hablando:
–¿No ves que pierdes tu tiempo y tu esfuerzo? Anda, mujer, tira ya esa vasija inútil y cámbiala por otra.
–Acompáñame un momento, Ravi –le dijo la muchacha–. Quiero enseñarte algo.
Kavita y Ravi caminaron en silencio hasta llegar al sendero que conducía al arroyo. Allí, ella le preguntó al muchacho, señalando uno de los lados del camino:
–¿Has visto esas flores?
–Sí –respondió él–. Nacieron esta primavera. ¡Son preciosas!
–Pues han crecido gracias al agua que se derrama del cántaro roto. La vieja vasija agrietada las ha ido regando. ¿Todavía crees que es inútil?
Kavita añadió:
–Las flores adornan el camino y nos regalan a todos su belleza. Muchas mañanas corto algunas y las reparto por la aldea. Fíjate cuánto puede ofrecer una vasija rota.
Ravi se quedó sin palabras ante la sabiduría de la muchacha. Y así aprendió una lección muy útil: lo aparentemente defectuoso puede tener un enorme valor.
Cuento popular indio.
COMPRENSIÓN.
- Responde a las preguntas del cuento: “Todo es valioso “.
1.- ELIGE la respuesta correcta.
¿Dónde ocurre la historia?
¿Cuándo ocurre?
2.- Identifica la casa de Kavita y di cómo la has reconocido.
¿Cómo lo has reconocido? ____________________________________________
3.- Explica el secreto de Kavita para ser feliz: _______________________________
4.- Cuenta a dónde iba Kavita todos los días muy temprano y para qué iba allí.
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5.- Explica qué le pasó un día a uno de los cántaros de Kavita y qué hizo para solucionarlo.
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¿Para qué sirvió al final la vasija rota? ______________________
5.- Redacción de un cuento.
5.1.- Escribe un cuento de 15 líneas teniendo en cuenta las siguientes instrucciones:
Tema: Contaminación del mar.
Personajes:
Poseidón: Dios del mar.
Destructor: Semi-Dios, contaminador de la naturaleza.
Anabel: Niña concienciada por el cuidado del medio ambiente.
Descripción: describe el lugar donde ocurre tu cuento; el mar.
Desarrollo del cuento: inicio, problema y solución.
Moraleja: saca una idea de este cuento que sirva para proteger el medio ambiente.
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