Concentración de condena por la muerte de la joven de Sallent acosada.
Las gemelas de Sallent que saltaron de un tercer piso recibían apoyo psicológico del instituto y los servicios sociales seguían su caso
Las niñas gemelas de Sallent (Barcelona) que se precipitaron el martes desde un tercer piso recibían atención psicológica en el instituto Llobregat, donde estudiaban, según contó este miércoles el alcalde del municipio, Oriol Ribalta. Las dos jóvenes, de 12 años, —una de ellas falleció y la otra se encuentra en estado crítico— estaban también en el radar de los servicios sociales municipales a causa de una complicada situación social y familiar. El Departamento de Educación niega hasta el momento que, como cuentan estudiantes del mismo instituto y varios familiares, sufriesen acoso escolar. Los Mossos d’Esquadra están investigando todas las circunstancias relacionadas con los hechos. En el balcón, los agentes hallaron dos sillas, y en la vivienda, dos cartas manuscritas de las hermanas, que están siendo analizadas. En el momento del suceso, el padre se encontraba en el domicilio.
La familia de las niñas, nacidas en Argentina, se había instalado en el municipio hace unos dos años y recibía atención de los servicios sociales. “No sabemos si el padre trabajaba; pero la madre sí”, comentó el alcalde. Fuentes del entorno de las menores explicaron que una de las hermanas se encontraba en un proceso de reconsideración de género, lo que pudo comportar situaciones incómodas en el entorno escolar. “Se cortó el pelo corto y pidió que la llamaran Iván”, subrayó un joven del instituto donde estudiaban. “Y algunos la llamaban Ivana”, añade.
Fuentes de Educación aseguran a EL PAÍS que “ni los servicios territoriales del departamento ni el centro contemplan actualmente la hipótesis del bullying” a partir de la información recogida durante el martes. Ribalta coincide en la misma tesis, aunque admite que la investigación requiere su tiempo. No obstante, un familiar de las menores, según recoge Europa Press, aseguró ante los periodistas que “sufrían bullying y depresión” y que la escuela estaba al corriente de su situación adversa. EL PAÍS no ha podido contactar con el director del instituto Llobregat.
No ha sido sencillo gestionar el día después en el centro educativo. Algunas clases de Bachillerato y de ciclos formativos han acabado antes de hora. Y el contenido de las asignaturas también ha sido distinto: “Hoy no hemos hecho clase normal porque todos estamos conmocionados, con pocas ganas”, admitía un alumno. Los profesores han priorizado las dinámicas de reflexión antes que dar sesiones más académicas, y el ambiente a las afueras del instituto estaba apagado.
El municipio guardó el miércoles al mediodía un minuto de silencio en memoria de la joven fallecida. Unas 100 personas se concentraron a las puertas del Ayuntamiento, donde el alcalde pidió el “máximo respeto” a la familia y que “no se difunda información falsa”. El Consistorio decretó tres días de duelo y suspendió todos los actos públicos programados, incluido el Carnaval. “Es un suceso estremecedor y doloroso para el conjunto de nuestra población”, señalan fuentes municipales.
El caso de la joven Kira
El suceso de Sallent recuerda el caso de Kira, la joven de 15 años que se suicidó tras presuntamente sufrir acoso escolar en una escuela de Barcelona. Sus padres aseguraron el miércoles que tomarán “nuevas acciones legales” por vía civil con testigos e informes después de que la Audiencia de Barcelona haya archivado la causa por vía penal. La madre de aquella joven, María José López, explicó a Europa Press que se sienten “aliviados” de que haya finalizado la parte por vía penal porque, dice, sabían que no tenía recorrido. “Lo que se ha archivado realmente es la investigación por el delito de inducción al suicidio al no poder establecerse una relación directa entre los episodios de acoso escolar y otro tipo de violencias que sufrió Kira”, añadió. Además, sostiene que “no se ha descartado el acoso escolar, al contrario, se confirma que hay testimonios y, además, se reprende al colegio por su inacción avalada por el Síndic de Greuges”.
Los especialistas recuerdan que el suicidio no suele tener un único detonante, sino que es el resultado de factores psicológicos, biológicos y sociales que tienen tratamiento. Las personas con conductas suicidas pueden dirigirse al 024, una Línea de Atención a la Conducta Suicida puesta en marcha por el Ministerio de Sanidad. También pueden contactar con el Teléfono de la Esperanza (717 003 717), dedicado a la prevención de este problema.