Los aficionados del Athletic animando celebrando un título.
LA GABARRA: Deporte, afición y convivencia
Ayer no era necesario que fueras del Athletic, ni que fueras de Bilbao. Ni siquiera era necesario que te gustara el fútbol para disfrutar emocionado de la imagen de la mítica gabarra surcando la ría de Bilbao. Qué imagen, no cabía nadie más, todo Bilbao estaba en la calle, en los márgenes de la ría. Todo Bilbao, el que vive en la ciudad y el que vive fuera, porque también llegaron de todos puntos de España en una especie de segunda etapa del peregrinaje que primero los llevó en masa hasta Sevilla.
Estaban todos; estaban los que nunca habían visto la gabarra sobre el agua, 40 años hacía de la última vez que esto pasó; estaban los que hace 40 años eran tan pequeños que ni siquiera lo recuerdan; estaban los que pensaban que nunca más la volverían a ver: estaban todos. Y para los que no llegaron a verla, esta vez el club tuvo su recuerdo. Pero es que también estaban todos aquellos que a lo largo de la historia del Athletic han hecho felices a tanta y tanta gente, porque el club y la afición nunca se olvida de ellos.
Estaba Iribar con su txapela, estaba Clemente, estaba Zubizarreta, estaba Sarabia. Y estaban porque si hay algo que caracteriza a este club es su filosofía, el ADN de sus jugadores y de su afición. Se es del Athletic pase lo que pase, y se sigue siendo del Athletic aunque la vida te lleve, a veces, a otras coordenadas. Hay un respeto reverencial por todos aquellos que han pasado por el club y esa admiración es recíproca. Porque tampoco los jugadores entenderían ser del Athletic sin esta afición.
Ayer la vida se paró durante unas horas en Bilbao, se paró la actividad cotidiana. Si se paró, incluso, una campaña electoral. Durante unas horas dio todo igual, había tanta felicidad por metro cuadrado que los que lo contemplábamos a través del televisor solo podíamos sentir envidia, y pensar por qué la vida no es más veces así. Por qué no somos capaces, más a menudo, de desprendernos de tanto mal rollo y buscar, acompañados de otros, lo que nos hace felices. Y esto también lo puede hacer el fútbol, el fútbol con una filosofía como la del Athletic, tan lejos de los Rubiales, de los negocios oscuros, de los chanchullos, y tan cerca de lo que es la esencia de este deporte.
Ángels Barceló
12 de abril del 2024
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